El agua es la base de la vida, pero no toda el agua es apta para el consumo. La composición química del agua varía en función de su origen. Por consiguiente, los distintos tipos de agua tienen efectos diferentes en el organismo. En este folleto aprenderá qué tipo de agua es la adecuada para sus necesidades diarias y cuál es mejor no beber.
Beneficios del agua para el cuerpo humano
El líquido representa entre el 60 y el 80% del peso del cuerpo humano. Por lo tanto, hay que reponerla constantemente para vivir nuestra vida al máximo.
Mantener un equilibrio hídrico tiene los siguientes beneficios para el organismo
– se reduce la viscosidad de la sangre, lo que facilita el trabajo del corazón y previene la trombosis;
– Los procesos digestivos se normalizan, ya que el agua interviene en la digestión y afecta al peristaltismo intestinal;
– Sus procesos metabólicos se ven favorecidos, ayudándole a eliminar los productos de desecho;
– mejora la termorregulación, ya que el cuerpo se enfría más eficazmente;
– se preserva la movilidad, ya que el líquido articular se seca en condiciones de deshidratación.
Estos son los beneficios más evidentes del agua. También hay que mencionar el aporte de energía a las células, el mantenimiento de una piel sana y la normalización del peso. Sin embargo, para alcanzar estos objetivos, hay que elegir las fuentes adecuadas. No sólo es importante la ingesta de líquidos, sino también su composición química.